Otoño en La Rioja. El otro Enoturismo.
Otoño en La Rioja. El otro Enoturismo.
Los colores de La Rioja en Otoño
Probablemente sea el final del otoño la época más desconocida para visitar La Rioja. El verano con su innegable atracción turística, el invierno, Valdezcaray, en primavera el despertar del buen tiempo y al final del verano, la vendimia que solo con su nombre atrae a miles de visitantes de los cinco continentes.
Pero que pasa entre la vendimia y el invierno. Es como si las vides estuvieran esperando la marcha de los visitantes y en la intimidad recogida de sus habitantes, la tierra, La Rioja, cambia. Cambia para los lugareños y para todos aquellos que en silencio, sin el bullicio del verano, de las fiestas, de la vendimia, nos visitan solo por el placer de disfrutar de un paisaje inigualable cuya paleta de colores harían estremecerse al mismísimo Van Gogh.
Toda una gama de ocres, tierras, sienas, amarillos, verdes, naranjas, cubren desde Haro hasta donde nos alcanza la vista las viñas otrora verdes y frondosas.
Porque ocurre esto.
Poesía aparte la naturaleza se prepara ante las duras condiciones que un invierno que ya amenaza con llegar, traerá a estas tierras.
La realidad es que las hojas siempre han sido de este color, tonos rojizos y ocres las de la uva tinta y amarillos y anaranjados las de las uvas blancas, pero la clorofila predominante durante las épocas más calurosas y con más horas de sol teñía de verde las hojas ocultando las otras tonalidades. Con la llegada del frio y la disminución de horas de luz el nivel de clorofila empieza a descender y por tanto a desaparecer el color verde.
La función de la clorofila es trasformar el dióxido de carbono, el agua y la luz del sol en alimento para las plantas. A partir de ahora los recursos serán escasos y se prepara para un consumo mínimo de energía tirando las hojas que solo le harían perder humedad y nutrientes.
Las diferencias de temperatura entre las mañanas templadas y soleadas y las noches ya frías hacen que las “venas” de las plantas se vayan cerrando progresivamente hasta terminar cayendo las hojas. Cuanta más acentuada es esta diferencia entre la noche y el día más rápido caerán las hojas y más vivos serán los colores que vallan surgiendo. Esto es debido en parte, a la retención de azucares que van quedando en las venas de las hojas al irse cerrando.
Esta explosión de colores no dura eternamente, son unos días que hay que aprovechar, final de noviembre y el puente de primeros de diciembre son los momentos ideales para visitar La Rioja y visitarnos en Haro.
En Wine and soul suites, estaremos encantados de recibiros y de planificaros , si así nos lo solicitáis, unas visitas a bodegas y a rincones de ensueño donde disfrutar de Haro y La Rioja de una manera diferente.
Os esperamos en Haro.