El meandro de Tondonia es uno de los espacios más singulares del paisaje del viñedo de La Rioja Alta. Un paseo por el mismo nos permitirá descubrir uno de los parajes más bellos de toda la región. Una buena propuesta para una mañana de senderismo con un recorrido cómodo y sencillo.
Son muchos los lugares que podemos visitar en este enclave rodeado casi completamente por el río que forma aquí, como en otros puntos de su cauce en esta parte de la región un marcado meandro que delimita en su margen derecha un espacio dedicado por completo al cultivo de la viña.
El conocido como puente de Briñas es uno de los primeros lugares que podemos visitar. Se trata de un puente muy antiguo. La traza que vemos hoy es gótica y el puente ha tenido que ser remodelado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. Este puente tuvo un especial interés estratégico en las comunicaciones de toda la comarca.
A poca distancia de aquí podremos descubrir un guardaviñas muy bien conservado. Estas construcciones son muy características de la zona; su forma troncocónica se desacata claramente sobre el paisaje.
A sus pies podremos encontrar los restos de una necrópolis. Son muchas las necrópolis de época medieval, de este estilo, que podemos encontrar por todo el territorio. Esto nos da una idea de lo disperso del poblamiento en esa época.
Si seguimos por el camino podremos encontrar una curiosa hornacina tallada en la roca, cuyo utilidad real todavía hoy desconocemos.
Un poco más adelante podemos encontrar un curioso promontorio rematado por una roca. Algunos han querido ver aquí un altar de origen celta. Sin duda un espacio muy curioso que sería necesario estudiar más a fondo.
En las proximidades podemos encontrar un lagar rupestre, aunque su localización no es sencilla.
Si continuamos hacia el norte y ascendemos la última elevación que encontramos antes de llegar al río, nos encontraremos con el conocido como castillo de Tondonia. Desde esta estructura disfrutaremos de una impresionante vista de la localidad de Briñas y de toda la sierra de Cantabria. Es un lugar para no perderse e ideal para el disfrute de los amantes de la fotografía.
Podemos bajar hacia el este hasta encontrarnos con camino ancho y bien consolidado que nos lleva de vuelta a Haro, al barrio de la Estación. Todo el camino se encuentra rodeado de viñedos que nos acompañarán ya hasta el final del recorrido.
Es un recorrido cómodo y agradable, apto para cualquier persona y que, en muy poco espacio, nos permite realizar un pequeño viaje en el tiempo por el paisaje del viñedo de la Rioja Alta.